Las Olimpiadas
Territoriales fueron un evento muy importante y popular en Baja California Sur.
Iniciadas a principio de los años treinta, por el profesor Alejandro Pedrín
Bello, de San José del Cabo, se convirtieron con el paso de los años en una
celebración de amplia convivencia para los sudcalifornianos, realizándose cada
año en diferentes comunidades de nuestra media península.
En los años cincuenta, las olimpiadas territoriales eran muy completas,
tenían muchas áreas de competencia, pues abarcaban lo deportivo, lo cultural,
artesanal y hasta una feria había con exposición y venta de productos de cada
región: dátiles, higos, caña, aceitunas, gastronomía local y otros productos
artesanales elaborados por personas de las comunidades, como dulces regionales,
manualidades, etc.
En 1953 el Valle de Santo Domingo participó por primera vez en una Olimpiada
Territorial como parte de la delegación de Loreto, ya que en ese tiempo
dependía de allá.
Ese evento se desarrolló en el poblado de Santa Rosalía y la participación del
Valle fue muy modesta, puesto que nada más lo hizo con cinco competidores: Ramón
Ceseña, quien obtuvo el Tercer Lugar en 100 metros planos; Gustavo Lucero, en bala.
En jabalina el Ratón Higuera y otros dos deportistas más, cuyo nombre no
tenemos a la mano.
El contingente que fue a Rosalía lo encabezaba el profesor Ricardo Fiol
Manríquez, que en esos años trabajaba en el poblado Santo Domingo, y el profesor
Víctor Manuel Peralta Osuna, quien laboraba en la escuela itinerante José María
Chávez, misma que venía con la compañía TYCSA, y que al irse la empresa, la
escuela itinerante se estableció en el Crucero, tomando el nombre de la colonia
a la que pertenecía: Revolución de 1910.
Para acudir a ese evento se trasladaron por tierra hasta la ciudad de La
Paz y ahí abordaron un barco de la Armada de México para dirigirse por mar
hasta Santa Rosalía. En el mismo transporte iban las delegaciones de La Paz y
San José del Cabo. En el trayecto llegarían a Loreto para recoger al
contingente de esta delegación.
Anécdota
El profesor Fiol me contó que cuando fueron a
Santa Rosalía, en el 53, hubo un problema con el equipo de básquetbol juvenil,
entre La Paz y Santa Rosalía, porque era una categoría muy peleada. Resultó que
los de Santa Rosalía metieron un jugador de más edad de lo que establecía la
convocatoria, entonces un maestro que había acudido al evento y que era
Inspector de Educación, el profesor Juan Agruel, les dijo que el muchacho era
mayor, que lo conocía porque había sido su alumno y que tenía más edad de la
que decían. Como Santa Rosalía había ganado el Primer Lugar, entonces los de La
Paz investigaron y les tumbaron el campeonato. Como han de suponer, se
enteraron los de Santa Rosalía y lo querían linchar, por lo que debió salir
huyendo. Se escapó y se subió a la fragata. «Ahí los esperó», me dijo Fiol
Manríquez. Y ya no volvió al poblado. «Como venganza, los de Santa Rosalía, que
eran muy cabrones, nos pusieron una purga de caballo en la última comida, que
fue una especial que nos hicieron. Vieras visto el desmadre que era ahí. Antes
de salir, en las escuelas, corrían en el patio y ahí se bajaban los pantalones.
Sí estuvo muy feo. Yo me escapé porque conmigo iba don Luis Rodríguez,
inspector y su chofer. Los tres comíamos en el Jardín de Niños, ya que la
directora era amiga de don Luis y los alumnos de primaria, los infantiles, ahí
comían. Nosotros nos agregamos. Por eso nos salvamos de aquello, porque luego también
en el barco fue un desmadre. Hubo largas filas para ir al baño.»
En ese año del 53, el Valle apenas empezaba.
En 1954
ya se participó como octava delegación deportiva en los Juegos Territoriales
que se celebraron en la ciudad de La Paz, acuerdo que se logró cuando
asistieron a Santa Rosalía.
Ricardo Fiol Manríquez menciona que en dicha olimpiada, corredores de la
talla de Alejandro Rangel y Francisco Onofre ofrecieron cerrada competencia con
corredores de La Paz, como Román Pozo y Sebastián Fernández.
Juan Romo Loya se distinguió en el lanzamiento de bala y el beisbol
obtuvo el Tercer Lugar, ganándoles a los equipos de San José del Cabo y Todos
Santos.
El
profesor Baltazar Arce, quien llegara a la colonia Salvador Allende en el año
de 1952, me comentó al respecto de las olimpíadas de esos años: «en ese tiempo
se hacían olimpiadas con adultos, con padres de familia y muchachos. Íbamos a
La Paz. En una ocasión empezamos a preparar el contingente que viajaría a la
olimpiada y un señor que era carpintero me hizo un ropero muy bonito, me hizo
unas sillas, llevábamos de todo lo que hacía la gente, lo que sabían hacer. Íbamos
cargaditos en el camión a las olimpiadas; las organizaba el Gobierno del Territorio».
«Ir a las olimpiadas era un gran esfuerzo ―señalaba el profe Peralta Osuna―,
ya que no teníamos nada. No había
campos, jugábamos en los lugares baldíos. Había un espacio para al lado de la casa de don
Enrique Angulo, otro espacio estaba en donde está el Hotel Casino. Se utilizaba
para jugar béisbol, pero no había más. El béisbol comenzó primero, era el
deporte más popular.»
«Los integrantes del primer equipo de beis que
participó en la olimpiada del 54, en La Paz, eran casi todos de La Laguna. Pancho
Onofre era pitcher y Alejandro Rangel, el papá de Olga Rangel, y los otros,
eran de Santo Domingo. Los traía el profesor Ricardo Fiol ―nos sigue comentando el profesor Peralta Osuna―, que
también jugaba era muy bueno. Jugaba segunda base.
Juan José Molina, de Ciudad Insurgentes, recuerda: «un servidor, y Ramón
Ramírez Hernández, en ese tiempo nos dedicábamos a todo. Teníamos personas con
capacidad para jugar beisbol, futbol, volibol, frontón, bueno, en todos los
deportes. Prueba de ello era que el 20 de noviembre, cuando se hacían las
olimpiadas en La Paz, nosotros participábamos. Llevaban equipos de todo,
beisbol y carreras de relevos, carreras de resistencia y en todo nos queríamos
distinguir».
Cándido Morales llegó al Valle de Santo Domingo en 1954. A su llegada se
integró al equipo que fue la primera selección de beisbol que representó a esta
región en las olimpiadas que se celebraron en la ciudad de La Paz. Así lo recuerda:
«el equipo lo manejaba el profesor Trinidad Domínguez, era el manager de la
selección. En ese año El Valle obtuvo el Tercer Lugar en este deporte. Los
jugadores no llevaban uniforme, sólo una playera y un pantalón Levy’s, gorra y
espay».
«El equipo era de Constitución, pero reforzado con Insurgentes. Picharon
Francisco Onofre y otro, cuyo nombre no recuerdo.»
«Al principio había pocos beisbolistas. Estaban Pedro Ramírez, Guadalupe
Morales y un servidor.»
Otro de los entrevistados fue don Silverio «el bello» Laga, quien está a
punto de cumplir 82 años. Llegó a la colonia Real en 1953 y participó en la
olimpiada de 1954.
Don Silverio compitió en atletismo, en salto de altura y salto triple; en básquet
y volibol, así como en canto solista e íntegro un grupo musical formando un trío
con sus primos Alejandro y Luis Real Arvizu.
Recuerda algunos nombres de otros competidores de esa fecha, tales como
Reyes Ledesma, Raúl Santana y José Arciga, en básquet, y el Chory Martínez en volibol.
Con el paso de los años las Olimpiadas han venido a menos, tal vez por los
costos y la logística que ello representa. El caso es que se está perdiendo un
evento que durante muchos años fue motivo de convivencia, no sólo de alumnos y
maestros, sino también de la población en general que siempre participó activa
y entusiastamente en la organización y desarrollo de esta actividad.
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